David Chieze nos habló una vez de una flor que vio durante sus estudios en Lyon: la Liane de Jade. De forma impactante, color hipnótico, pero sin aroma. Esa ausencia lo acompañó. Años después, volvió a ella con una pregunta: ¿cómo olería esta flor si la naturaleza la hubiera perfeccionado?
Jade Amour es su respuesta: una fragancia imaginada desde el silencio, moldeada con emoción y precisión. Íntima y luminosa, da presencia a algo que nunca la tuvo.
Notas: Mandarina amarilla, bergamota, jade, ylang-ylang, jasmín, vainilla, vetiver, muscone, sándalo.
Concentración 25%